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[páginas 343-346]
-¿Puedo preguntarle un par de cosas más? ¿Sólo para cerciorarme de haberlo entendido todo como es debido?
-Por supuesto.
-¿Qué pensó ese hombre que estaba usted haciendo en el cuarto de baño?
-Metiéndome un anticonceptivo.
Malcolm tomó nota de lo que acababa de oír -desde donde Annie estaba, podía leerse algo así como INSERCIÓN DE UN CONTRACEP.-, y lo subrayó con trazo enérgico.
-Ya veo. Y… ¿cuándo terminó la última relación de él?
-Hace unas semanas.
-¿Y esa mujer es la madre de su hijo menor?
-Sí.
-¿Cómo se llama esa mujer?
-¿Necesita de veras saber eso?
-¿Le resulta violento mencionar su nombre, quizá?
-¡Malcom!
-Lo siento. Tiene razón. Iba cargado de intención. Estoy tratando de ver por dónde empezar. ¿Por dónde quiere empezar? ¿Cómo se siente?
-Desolada, más que nada. Y un poquito estimulada. ¿Cómo se siente usted?
Sabía que no debía preguntarle eso, pero sabía también que Malcom lo había pasado muy mal durante los veinte minutos previos.
-Preocupado.
-¿De veras?
-No está en mis atribuciones hacer de juez. Como bien sabe. De hecho, tache eso que he dicho antes. Bórrelo del registro. Y también lo de mi “preocupación”.
-¿Por qué?
-Porque quiero hacerle una pregunta y no quiero que piense que quiero juzgarla.
-Me he borrado la memoria por completo.
-Estoy preocupado por la parte que puede haber jugado en la ruptura de la relación de ese hombre con su esposa. Y también por el hecho de querer traer un hijo al mundo sin padre.
-Creí que habíamos borrado “preocupado”.
-Oh. Sí. De todas formas. ¿Cómo se siente al respecto?
-Malcolm. Esto no nos lleva a ninguna parte.
-¿Qué acabo de decir?
-A mí no me preocupa en absoluto la moralidad de todo esto.
-Ya lo veo.
-¿No podemos hablar de lo que me preocupa, entonces?
-Si tenemos que hacerlo… ¿Qué es lo que le preocupa?
-Quiero liarme la manta a la cabeza e irme a los Estados Unidos. Mañana. Vender la casa y largarme.
-¿Se lo ha pedido él?
-No.
-Bien, pues. Creo que será mejor que hablemos de cómo sacar el mejor partido de una mala situación.
-Sé que piensa que soy un retrógrado, o como sea que me llame, pero no veo cómo podríamos definir todo esto como una “buena situación”. Usted es infeliz, y podría convertirse en una madre soltera. Y… En fin. Y ahora está pensando en Jauja.
-¿Dónde está eso exactamente?
-Los Estados Unidos. O sea, par los norteamericanos no es Jauja. Pero lo es para usted.
-¿Por qué?
-Porque usted vive aquí.
-Y punto. ¿Y no existe ninguna posibilidad de cambio, entonces?
-Por supuesto que sí. Por eso está aquí.
-Pero no muchas.
-No con lo que está ocurriendo con los precios de las casas últimamente, en todo caso. No sé cuánto pagó usted por la suya, pero no creo que vaya a poder recuperarlo en la situación actual del mercado. Ni siquiera los alquileres están bien. Tengo un amigo que está intentando alquilar su casa para el verano que viene. Y nunca había tenido ningún problema hasta ahora.
Annie siempre había oído hablar a Gooleness a través de Malcolm. Desde su primer día en la consulta. Pero ahora estaba escuchando la voz del país en el que había crecido: oía a los profesores y a los padres y a los colegas docentes y a los amigos. Así hablaba Inglaterra, y ella ya no podía escuchar lo que le decía.
Se levantó, fue hasta Malcolm, le besó en lo alto de la cabeza.
-Gracias -dijo-. Estoy mucho mejor.
Y se fue.
FIN
NOTA: 2. Inane. Aunque se lea rápido (2 días) es demasiado tiempo desperdiciado.
JULIET, DESNUDA
Nick Hornby
Traducción de Jesús Zulaika
Anagrama-Panorama de narrativas
Primera edición: octubre 2010
[página 61]
-No critiques a la gente con pasiones -dijo Ros-. Sobre todo a los que tienen pasión por las artes. Son siempre los más interesantes.
Al parecer, todo el mundo había sucumbido a ese mito.
-Muy bien. La próxima vez que estés en el West End, vete a la salida de artistas de un teatro en el que haya un musical y hazte amiga de uno de esos cabrones tristes que esperan para conseguir un autógrafo. Verás lo interesantes que son.
[página 235]
¿Había alguna combinación de palabras más desalentadora que “charla” y “de chicas”?